Más ley, menos humo
Las lagunas de la actual norma antitabaco y la evolución social propician su reforma
Cuatro años de una ley ampliamente incumplida es tiempo suficiente como para abrir un debate sobre sus carencias y su necesaria reforma. Así lo ven la titular del Ministerio de Sanidad, el Congreso de los Diputados y la mayoría de los españoles: hasta el 70% de la ciudadanía está a favor de la prohibición total del consumo de tabaco en todos los lugares públicos cerrados, endureciendo la norma.
La ley antitabaco que entró en vigor el 1 de enero de 2006 permite fumar en los bares pequeños (de menos de 100 metros cuadrados). Algunos Gobiernos del PP, como los de la Comunidad Valenciana y Madrid, no han perseguido nunca las infracciones y liberaron a los establecimientos más grandes de la obligación de separar con barreras físicas las zonas de fumadores de las de no fumadores. El resultado, favorecido por las lagunas de la ley, es que no hay una norma clara que los ciudadanos puedan esgrimir para exigir su cumplimiento y que en el 90% de los bares y restaurantes o se puede fumar o no hay áreas reservadas al humo.
Con la entrada en vigor de la norma se redujo modestamente la venta de tabaco y el porcentaje de fumadores está en torno al 24% de los mayores de 18 años. Pero analizada en perspectiva ha demostrado consecuencias positivas en el terreno sanitario y social. En su primer año de aplicación se registró una menor incidencia de infartos y los españoles fuman, en general, más moderadamente que antes. La mayoría de los centros de trabajo (excepción hecha de los de ocio) han quedado liberados del humo y se han despejado los temores de crispación social. Entre los extremos que clamaban contra la nueva inquisición y los fundamentalistas antitabaco se ha instalado una aceptable convivencia y unos hábitos de respeto antes inexistentes. Consecuencia de la ley es, en definitiva, un cambio de mentalidades que favorece un debate mucho más sosegado que el que se produjo en 2005 y el apoyo popular con que cuenta una reforma que promulgue una prohibición drástica y, por tanto, nítida.
El Ministerio de Sanidad ha prometido acometer la reforma durante el primer semestre del año entrante. La prohibición total del tabaco en todos los establecimientos públicos cerrados homologaría a España con otros países europeos y aplicaría las recomendaciones que partieron en su día de Bruselas.
Neutralizada la industria tabaquera, menos activa que en el pasado, escollo importante es el sector hostelero, que calcula en 11.000 millones de euros sus pérdidas en 2010. Hay estudios que sostienen que ni aquí ni en otros países las medidas antitabaco han lesionado sustancialmente sus intereses. Su inquietud es legítima, pero difícilmente asumible frente a la debida protección de la salud pública y la voluntad ciudadana y sus representantes políticos. Al menos, con la reforma, el supuesto perjuicio será igual para todos, dado que ahora sólo los grandes bares y restaurantes están concernidos.
Las lagunas de la actual norma antitabaco y la evolución social propician su reforma
Cuatro años de una ley ampliamente incumplida es tiempo suficiente como para abrir un debate sobre sus carencias y su necesaria reforma. Así lo ven la titular del Ministerio de Sanidad, el Congreso de los Diputados y la mayoría de los españoles: hasta el 70% de la ciudadanía está a favor de la prohibición total del consumo de tabaco en todos los lugares públicos cerrados, endureciendo la norma.
La ley antitabaco que entró en vigor el 1 de enero de 2006 permite fumar en los bares pequeños (de menos de 100 metros cuadrados). Algunos Gobiernos del PP, como los de la Comunidad Valenciana y Madrid, no han perseguido nunca las infracciones y liberaron a los establecimientos más grandes de la obligación de separar con barreras físicas las zonas de fumadores de las de no fumadores. El resultado, favorecido por las lagunas de la ley, es que no hay una norma clara que los ciudadanos puedan esgrimir para exigir su cumplimiento y que en el 90% de los bares y restaurantes o se puede fumar o no hay áreas reservadas al humo.
Con la entrada en vigor de la norma se redujo modestamente la venta de tabaco y el porcentaje de fumadores está en torno al 24% de los mayores de 18 años. Pero analizada en perspectiva ha demostrado consecuencias positivas en el terreno sanitario y social. En su primer año de aplicación se registró una menor incidencia de infartos y los españoles fuman, en general, más moderadamente que antes. La mayoría de los centros de trabajo (excepción hecha de los de ocio) han quedado liberados del humo y se han despejado los temores de crispación social. Entre los extremos que clamaban contra la nueva inquisición y los fundamentalistas antitabaco se ha instalado una aceptable convivencia y unos hábitos de respeto antes inexistentes. Consecuencia de la ley es, en definitiva, un cambio de mentalidades que favorece un debate mucho más sosegado que el que se produjo en 2005 y el apoyo popular con que cuenta una reforma que promulgue una prohibición drástica y, por tanto, nítida.
El Ministerio de Sanidad ha prometido acometer la reforma durante el primer semestre del año entrante. La prohibición total del tabaco en todos los establecimientos públicos cerrados homologaría a España con otros países europeos y aplicaría las recomendaciones que partieron en su día de Bruselas.
Neutralizada la industria tabaquera, menos activa que en el pasado, escollo importante es el sector hostelero, que calcula en 11.000 millones de euros sus pérdidas en 2010. Hay estudios que sostienen que ni aquí ni en otros países las medidas antitabaco han lesionado sustancialmente sus intereses. Su inquietud es legítima, pero difícilmente asumible frente a la debida protección de la salud pública y la voluntad ciudadana y sus representantes políticos. Al menos, con la reforma, el supuesto perjuicio será igual para todos, dado que ahora sólo los grandes bares y restaurantes están concernidos.
Publica hoy el diario LA VOZ DE GALICIA:
Los ingresos de la hostelería caerán un 10% por la prohibición de fumar
El precedente de lo que se espera es lo que ha ocurrido en los locales de ocio de las grandes superficies comerciales
Sus previsiones están basadas en las consecuencias que tuvo en algunos locales la actual normativa ¿Esto no será el causante de la crisis, no?
«La prohibición total de fumar en los bares y restaurantes les costará el 10% de su facturación a los primeros y entre el 5% y el 6% a los segundos». Esto es lo que aseguró a La Voz José Luis Guerra, adjunto al presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR), organización que aglutina a la gran mayoría de asociaciones del sector.
Este veterano hostelero aclara que no hay cifras exactas sobre la cantidad total que dejarán de ingresar anualmente por la nueva ley antitabaco que aprobará el Gobierno a principios del 2010, aunque han aparecido diversas, desde 11.000 millones a 33.000. «El único dato que tenemos es que en el 2008 los bares facturaron 59.000 millones», precisó.
El responsable de la FEHR reconoce que no hay ningún estudio sobre cómo afectará la prohibición de fumar a su negocio y que sus afirmaciones se basan en indicios. El primero es que los bares y las cafeterías que hay en el interior de los centros comerciales perdieron un 15% de sus ingresos cuando se aprobó la actual ley. Una disminución parecida sufrieron los de las áreas comerciales de carretera, y todavía fue mayor, del 20%, en los bares que hay en el interior del metro de Barcelona.
«Estos datos y algunos otros nos llevan a realizar nuestras estimaciones, que están expresadas a la baja, pues los propietarios preguntan a sus clientes y estos les responden que van a ir menos», resalta Guerra.
Preguntado por qué los fumadores van a dejar de ir a bares y restaurantes por no poder consumir tabaco en su interior, es concluyente: «No es que vayan a dejar de ir del todo, pues si fuera así la caída de ingresos sería del 40%, sino que van a acudir menos. No hay que olvidar que mientras el 30% de la población general es fumadora, el 45% de nuestros clientes los son». Yo diría que con la ley actual el porcentaje es el 100% de los clientes, ya que fumamos todos, o activa o pasivamente. Dicen que sólo el 30% de la población es fumadora, así que no creo que el impacto vaya a ser tan grande, además teniendo en cuenta que con este tipo de medidas, disminuye el porcentaje de población que fuma....
Los ingresos de la hostelería caerán un 10% por la prohibición de fumar
El precedente de lo que se espera es lo que ha ocurrido en los locales de ocio de las grandes superficies comerciales
Sus previsiones están basadas en las consecuencias que tuvo en algunos locales la actual normativa ¿Esto no será el causante de la crisis, no?
«La prohibición total de fumar en los bares y restaurantes les costará el 10% de su facturación a los primeros y entre el 5% y el 6% a los segundos». Esto es lo que aseguró a La Voz José Luis Guerra, adjunto al presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR), organización que aglutina a la gran mayoría de asociaciones del sector.
Este veterano hostelero aclara que no hay cifras exactas sobre la cantidad total que dejarán de ingresar anualmente por la nueva ley antitabaco que aprobará el Gobierno a principios del 2010, aunque han aparecido diversas, desde 11.000 millones a 33.000. «El único dato que tenemos es que en el 2008 los bares facturaron 59.000 millones», precisó.
El responsable de la FEHR reconoce que no hay ningún estudio sobre cómo afectará la prohibición de fumar a su negocio y que sus afirmaciones se basan en indicios. El primero es que los bares y las cafeterías que hay en el interior de los centros comerciales perdieron un 15% de sus ingresos cuando se aprobó la actual ley. Una disminución parecida sufrieron los de las áreas comerciales de carretera, y todavía fue mayor, del 20%, en los bares que hay en el interior del metro de Barcelona.
«Estos datos y algunos otros nos llevan a realizar nuestras estimaciones, que están expresadas a la baja, pues los propietarios preguntan a sus clientes y estos les responden que van a ir menos», resalta Guerra.
Preguntado por qué los fumadores van a dejar de ir a bares y restaurantes por no poder consumir tabaco en su interior, es concluyente: «No es que vayan a dejar de ir del todo, pues si fuera así la caída de ingresos sería del 40%, sino que van a acudir menos. No hay que olvidar que mientras el 30% de la población general es fumadora, el 45% de nuestros clientes los son». Yo diría que con la ley actual el porcentaje es el 100% de los clientes, ya que fumamos todos, o activa o pasivamente. Dicen que sólo el 30% de la población es fumadora, así que no creo que el impacto vaya a ser tan grande, además teniendo en cuenta que con este tipo de medidas, disminuye el porcentaje de población que fuma....
Para el adjunto a la dirección de la FEHR, una de las mayores injusticias de la futura ley es que de los 70.00 bares y restaurantes de más de cien metros cuadrados que hay en España, entre 40.000 y 45.000 realizaron una inversión media de 20.000 euros cada uno para adecuar sus locales a la norma vigente, que obligaba a separar físicamente las zonas de fumadores.
¿No merece la pena arriesgarse a perder un poco en hostelería y ganar en salud para toda la población en general? ¿No será a la larga una inversión de futuro?
Vean la comparativa de unos pulmones sanos y otros dañados por el humo del tabaco y juzgen Uds mismos.
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